Fue una batalla de vida o muerte para un pueblo, que se libró hace 35 años, el 21 de mayo de 1983. No surgió de la nada: Sacsamarca se había rebelado, desde febrero de ese año contra la tiranía de Sendero Luminoso en acciones casi simultáneas con sus vecinos de Huancasancos y Lucanamarca. El costo había sido terriblemente alto. Una primera rebelión sofocada; la salvación de sus líderes en el último minuto antes de morir incinerados en un horno comunal; un terrible combate dentro de Huancasancos contra una posterior incursión senderista que resultó victorioso para la población; poco antes del ataque de brutal escarmiento de Sendero contra Lucanamarca, el 3 de abril de 1983, cuando por lo menos 69 lugareños fueron asesinados, ya inermes, con piedra, hacha, machete y bala.