Sus personajes son los sujetos marginales de la sociedad, aquellos que subsisten en las sombras, sin ser observados por nadie, pero cargan al hombro su drama, ingeniándose soluciones particulares para no evaporarse al primer parpadeo. “La invitación” despliega un alucinante universo de desahuciados. “La trampa” con solo dos personajes deambulado por el Huancayo cotidiano, explora las entrañas de la ciudad que creíamos conocer, con sus individuos crepusculares que emergen de sus submundos, mientras por las veredas transcurre la hirviente vida de los comerciantes, de la diurnidad. Concluida la lectura ya no sabemos cuál es el Huancayo que creíamos conocer.