La Amazonía peruana alberga un total de 51 pueblos originarios.
Este mosaico de culturas fue mucho mayor en el pasado, antes
de que el contacto con el mundo occidental estableciera las dinámicas
de cambio en la región amazónica. Los pueblos indígenas
amazónicos siguen siendo, hoy en día, muy vulnerables. La desaparición
de tan solo uno de estos pueblos supone una pérdida enorme
para el conocimiento humano, ya que se extinguiría para siempre un
enorme legado cultural que fue transmitido de manera oral durante
miles de años.
Algunos pueblos indígenas amazónicos han sabido enfrentar de
manera tenaz hasta nuestros días las dinámicas de cambio, aceptando
en el camino algunas pérdidas, pero manteniendo su esencia como
pueblo, cimentada en los valores propios y la identidad.
Es el caso del pueblo urarina o urarinaaürü, un pueblo que sufrió en
carne propia los impactos del contacto con la civilización occidental,
pero que supo aplicar una serie de estrategias que le permitieron
mantener su identidad y valores hasta el presente. El pueblo urarina
sorprende por su resistencia y vigor, sin embargo, es uno de los pueblos
menos conocidos de la Amazonía, hecho que lo hace particularmente
vulnerable.
Actualmente, la violencia hacia los pueblos originarios se ejerce desde
espacios diferentes y es más sutil que en el pasado. Las dinámicas
socioeconómicas, ajenas a lo diverso, convierten a los pueblos
indígenas en un problema y a sus territorios en almacenes llenos de recursos por explotar. Pueblos como el urarina, desprovistos de los
mecanismos adecuados para lidiar con la nueva realidad, podrían
desaparecer irremediablemente.
El presente libro es un intento de acercar la rica cultura del
pueblo urarina al lector, pero también pretende ser un grito en el
silencioso bosque de la indiferencia y el olvido. Desde el Instituto de
Investigaciones de la Amazonía Peruana, entendemos que solo desde
el conocimiento y el respeto se podrá entablar un diálogo sincero que
permita el desarrollo propio y coherente de cada una de las culturas
que con sus conocimientos y visiones diferenciadas enriquecen la
Amazonía y el planeta. Nos complace aportar este pequeño grano de
arena a tal propósito, con la esperanza de que se amplíe el respeto
sobre un pueblo milenario que atesora conocimientos y valores que
nos deberían llenar de orgullo a todos.