En el lavado de activos se parte siempre de una situación en
que la comisión del delito previo ha redundado en un incremento
de la capacidad económica del autor, aunque esas ganancias corren
el peligro de echarse a perder si se descubre cuál es la procedencia de
los bienes. En consecuencia, solo las conductas idóneas para generar este efecto de consolidación por medio de la ocultación del origen
realizan el tipo de lavado de activos. Así, para el potencial autor de
delitos graves sería un importante incentivo ex ante el saber que,
una vez consumado el delito, iba a poder recurrir a la ayuda de terceras
personas, que libremente, le ayudaran a mantener o, incluso, a
incrementar las riquezas obtenidas en la comisión del delito previo,
eliminando o reduciendo el peligro de pérdida que pesa sobre ellas