Vivimos en un tiempo en el cual el hombre está perdiendo el verdadero sentido de la vida, ha perdido el principio humano, moral y religioso. Hemos confundido el concepto de libertad por libertinaje. Reclamamos derechos para cubrir nuestras necesidades y placeres humanos y nos olvidamos de cumplir deberes y principios humanos.
Somos cada vez más tentados a querer sacar a Dios de en medio de la sociedad, afirmando así la célebre frase del filósofo alemán Friedrich Nietzsche :” Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado”. Efectivamente, “Dios ha muerto”, cuando no tienes más esperanza, cuando piensas que nada tiene sentido, cuando la búsqueda de la comodidad, del placer, del poder y del dinero ocupan el primer lugar en tu vida y Dios pasa ha ser una simple teoría de vida y salvación.
El secularismo de estos tiempos, hace creer, que el hombre es un súper héroe, porque lo tiene todo materialmente, pero cuando se despierta de su fantasía, ve su realidad, se desespera y busca la salida más fácil, que muchas veces es la muerte; mientras La Cruz de Cristo es seño de escándalo para el secularismo de nuestro tiempo, porque para el mundo es difícil decir lo que san Pablo afirma: “Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 CO 12:10 )
En medio de la situación en la que vivimos, buscamos siempre un culpable y damos casi siempre la culpa a Dios de lo que vivimos, y nos hacemos aquellas preguntas existenciales: ¿Por qué creer? ¿Por qué lo permitió? ¿Si no existe? ¿Si todo es un invento? Y es ahí donde la FE se presenta como PROPUESTA de vida sin IMPONER sus principios (Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” Mt 16, 24). Por eso cuando sientas que estás preguntas bombardean tu mente y tu corazón, yo te invito a apostar como lo hizo el filósofo Pascal:
Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo.
Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada.
Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
Puedes no creer en Dios; si existe, entonces habrás perdido el cielo.
Dios nos ha dado la libertad de poder escoger la vía a seguir, pero quien escoge la vía del Calvario, habrá la esperanza que después de la pasión y la muerte nos espera una gloria de resurrección que es la vida nueva en Cristo Jesús.
Invito a todos a leer este libro, que es un manual de vida y que nos puede ayudar a entender cuán difícil es sobrevivir a diferentes situaciones, pero, al mismo tiempo nos enseña que si regresamos por el camino correcto nos espera no solo la vida nueva sino la felicidad eterna, que se llama Paraíso.