Esta nueva novela de Borka Sattler ostenta un título
sumamente adecuado a su propuesta creadora: Palomas,
cóndores y gallinazos. Y es que a la abundancia de
peripecias y nudos narrativos, que mantienen en vilo al
lector atrapado por el desarrollo de la trama, y a la hondura
psicológica de sus variados personajes (complejos,
con su lado oscuro y/o reprimido) añade una
dimensión simbólica, desplegada con recursos metafóricos
y pasajes de intensidad poética. Y, en ese nivel
simbólico, en sus narraciones publicadas y en esta
novela, le otorga especial relieve a las similitudes entre
los seres humanos y connotativos animales emblemáticos;
en este caso, palomas, cóndores y gallinazos.