En este siglo XXI una de las características de la globalización es la alta competitividad entre las empresas para subsistir en el mundo económico, éstas tienen la urgencia de contar con líderes que los guíen con eficiencia hacia el éxito y la vigencia, pero este tipo de líderes no abundan en el mercado y si los hay son contados con los dedos de la mano y bien tentados por las grandes transnacionales. Dada la escasez de líderes y detectado también el problema de que los gerentes o los jefes de muchas empresas no tienen los rasgos mínimos de un buen líder y en la mayoría de casos los jefes no aplican los estilos de liderazgo apropiados para guiar a las organizaciones, la mayoría de las empresas en todo el mundo están invirtiendo miles y miles de dólares en la formación de líderes capaces de guiarlos hacia la eficiencia y eficacia.