Ricardo Palma es fruto de la libertad proclamada por San Martin en julio de 1821 y resellada con la sangre de nuestros combatientes sobre las pampas de Quinuayoc en diciembre de 1824. Es el padre de las Tradiciones Peruanas, arquetipo indiscutible de nuestra raza, y el justificativo de que los peruanos actuemos como agentes importantes de la historia continental, y por cierto global. Mal se habría hecho entonces prescindir de su poderosa presencia en el homenaje que nuestra república merece por el segundo centenario de su existencia histórica.