Si bien el papel de los viajeros y estudiosos extranjeros dedicados al estudio del pasado precolombino de Sudamérica se encuentra bien documentado, los historiadores en general han pasado por alto los conocimientos adquiridos y las colecciones formadas por los coleccionistas de antigüedades, los anticuarios y los arqueólogos que nacieron o vivieron en América del Sur en el siglo XIX. Este libro cuenta la historia del coleccionismo y el saber anticuario y arqueológico en el Perú y Chile entre 1837 y 1911: en Cuzco entre la elite criolla e inca, dentro de los círculos burgueses de Lima, en Santiago y en los asentamientos en los territorios araucanos durante su conquista por parte del Estado chileno, y en el contexto de las tensas disputas entre los investigadores peruanos y chilenos, cuando la Guerra del Pacífico (1879–83) dividió a ambos países por reclamos territoriales.