El desierto del Sáhara recibe a dos habitantes: un aviador y un pequeño hombrecito apodado «El principito». Este último le comenta que viene de un lejano y diminuto planeta donde también habitan una rosa con características singulares y tres pequeños volcanes. A medida que pasa el tiempo ambos desarrollan una relación más íntima y le cuenta las anécdotas por las cuales pasó antes de coincidir, además de brindarle, al aviador, una mirada peculiar de la vida.