Hay algo perturbador en la poesía de Chrystian Zegarra (Trujillo, 1971). Luego de cinco volúmenes publicados, esta compilación libre, con ligeras correcciones de los originales y un (des)orden que desafía la cronología, contiene algunos de los poemas más deslumbrantes de la llamada “generación del 90” peruana. Pero esto no se debe sólo a la hábil factura de los textos, construidos con gran sentido del ritmo y distribución de imágenes: hay en ellos la profundidad y el nervio que hacen de un buen poema un poema impactante. En esta selección afloran las atmósferas góticas, los cementerios, hospitales y lugares de sufrimiento en general, como si el exilio que vive el poeta se hubiera internalizado y le sirviera para construir un mundo alternativo, casi como el negativo de una fotografía entre cuyas sombras asoman los fantasmas del pasado y los depredadores del presente: soledad, injusticia, dolor, incomprensión. Se trata sin duda de una de las voces más valiosas y poderosas de las recientes promociones de poetas peruanos.
José Antonio Mazzotti