La docencia universitaria es susceptible de ser estudiada e investigada. Nuestras aulas se pueden convertir en laboratorios y las innovaciones en hipótesis de acción para mejorar el aprendizaje de nuestros estudiantes. Ello es lo que se recoge en este libro, iniciativas que surgen de la mirada atenta de los profesores, su reflexión crítica y creativa, la intención y el entusiasmo por plantear cambios y mejorar lo que hacen en sus aulas u otros espacios formativos, para que el estudiante aprenda.
Esta iniciativa se enmarca en el convencimiento de que la excelencia de la formación universitaria pasa por la excelencia de sus docentes: como investigadores y como facilitadores de los procesos de aprendizaje de los estudiantes.