Los paisajes andinos engloban un vasto territorio, marcado por la presencia del sistema montañoso, que domina de norte a sur el occidente de Sudamérica y se deriva de movimientos de subducción de la placa de Nazca sobre la Sudamericana, y extendiéndose por más de 7000 km de largo y entre 200 y 700 km de ancho a lo largo de siete países, desde las costas del Caribe hasta el sur del continente: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Esto origina una diversidad ecológica y cultural extraordinaria, derivada de regímenes climáticos heterogéneos y condiciones geográficas contrastantes, que van desde ambientes glaciales (hasta los 6900 m.s.n.m.) hasta zonas áridas tropicales y subtropicales, que pasan por altiplanos, valles y planicies de diferente naturaleza bioclimática. Todas las regiones de los Andes poseen una biodiversidad extraordinaria, sometida a amenazas crecientes por fenómenos de macroescala, como el calentamiento global, o locales, como la deforestación y degradación de ecosistemas. La subzona más septentrional, integrada por Colombia, Venezuela y Ecuador es en general la más húmeda y biodiversa.