Memoria(s), su devenir en la escena teatral está conformada por diez piezas dramatúrgicas que, desde distintas miradas, se relacionan al concepto de «memoria» en nuestro país. Abre la selección Contraelviento de Yuyachkani, uno de los grupos de teatro peruano más emblemáticos, cuya obra en general está ligada inevitablemente a este tema por el periodo en que nació el grupo. Sin embargo, voces jóvenes también se ocupan de la misma época del conflicto armado interno, desde su particular punto de vista. Tenemos así a Desaparecidos de Jorge Bazalar y Carnaval de Miguel Ángel Vallejo Sameshima; El anhelo de Juan de Telmo Arévalo y La terapeuta de Gabriela Yepes. La memoria se va cargando de testimonio, en este caso de quienes sufrieron abuso sexual por parte del Sodalicio, en la obra San Bartolo de Alejandro Clavier y Claudia Tangoa; para luego evidenciar elementos autoficcionales en las piezas Carguyoq de Lucero Medina y Cómo criar dinosaurios rojos de Nani Pease, Tirso Causillas, Sammy Zamalloa y Fernando Castro. Finalmente, el concepto de memoria aterriza en lo personal, íntimo y poético de Quédense cerca de mí, obra de Marisol Mamani Avilés, y Re-volver de Micaela Távara y Alondra Flores. Memoria, testimonio, autoficción. Como se puede apreciar en las piezas que componen esta selección, ampliar el concepto de «memoria» para la creación escénica implica importantes cambios en las formas dramatúrgicas.