El despertar sexual de un grupo de adolescentes es el punto desencadenante para que la avidez y la palomillada salgan a relucir con todo su condimento sazonador, lo cual hará de esta historia un vivo ejemplo del ímpetu juvenil, de la diversidad social y del borroso límite entre lo permitido y lo censurado al que puede llegar la ambiciosa forma de valerse de los demás. Una novela llena de contrastes y de pródigo lenguaje coloquial que el autor, Antonio Gazís, sabe muy bien conducir y atemperar, en una trepidante narración que fluye sin tropiezos, dando a conocer las variadas actitudes de quienes, teniendo todo a su favor, apuestan sin embargo por el lado turbio y menos decoroso en el que acaban denigrando sus recónditos anhelos. Empleadas del hogar, hijos de los antiguos patrones, el instinto en su fauna elemental, completan este cuadro de apariencias y actos clandestinos donde la familia tradicional parece estar resquebrajada en sus costuras más simples.