Amanda Durán no escribe: perturba, y esa es su mejor expresión de resistencia. Ovulada no es un grito, es el desgarro, la herida misma, el arte de sobrevivir sobre una cartografía que ha hecho de la ansiedad una forma de opresión, el yugo de un cuerpo que viaja con el texto para proclamar su liberación. Amanda Durán arriesga, su poesía crepita, se impone, cava un túnel con los dientes. (Harold Alva)