Los estragos de la guerra del Pacífico eran evidentes, ¡el dolor de las familias aún en la epidermis; los destrozos y el vandalismo sin reparar! El clima era desalentador, y sin embargo en medio del dolor, nació la “Lira Arequipeña”, monumental obra.
A 130 años de haberse editado las más selectas poesías del Siglo XIX en Arequipa, hoy la Universidad Católica de Santa María, entrega a la comunidad una edición facsimilar de éste valioso libro para el conocimiento de los amantes de la inspiración y el estudio de los expertos.
¡Es una réplica auténtica! No se ha cambiado ni un sólo punto, ni una sola coma. El diseño es de la época, cuando los textos se hacían en tipografía de plomo y las rayas de separación en plomo líquido que se armaban en cajas de madera.
La “Lira Arequipeña” fue la selección de poemas hecha por el doctor Manuel Rafael Valdivia y de Manuel Pío Chávez, quienes hicieron el libro más importante del siglo XIX.
La única novedad es la presentación, presentación por supuesto difícil, porque los autores han sabido labrar las palabras exactas y con precisión de relojería para destacar: la naturaleza, la historia, los sentimientos, las artes, la pintura, los triunfos, los sentimientos y manifestaciones profundas del ser humano.
En el Siglo XIX, Arequipa ya destacaba por su producción intelectual de notable nivel, así podemos encontrar precursores de la libertad, abogados, naturistas, militares, literatos, matemáticos y personas comunes y sencillas, cuyas expresiones quedarán y perdurarán en el infinito.
Es una compilación “de las más selectas poesías de los vates, antiguos y modernos”. Puede leerse en sus primeras páginas las poesías: símbolo de Benito Bonifaz, Benito Calle, José María Corvacho, Trinidad Fernández, Isabel de la Fuente, Manuel Antonio Herrera, Belisario Llosa, los hermanos Trinidad y Máximo Morante Hurtado.
Incluye también el libro, inspiraciones de Ignacio y Ernesto Novoa, Trinidad Pacheco Andia, Mateo Paz-Soldán, Jorge Polar, Juan José Reinoso, Cayetano Sánchez, Belisario Soto, Luis Gómez de la Torres, Nicolás Valcárcel, Samuel Velarde, Edilberto Zegarra Ballón, entre otros más.
De manera excepcional existen textos de Paz-Soldán y de Mariano Melgar, cuando llega los restos del poeta-héroe al cementerio de La Apacheta el 17 de setiembre de 1833, ese día el doctor Juan Gualberto Valdivia, diría, “La justicia nos ha impuesto el deber de tributar hoy un solemne homenaje a estas cenizas”.