El sentido común y el corazón nos dictan un bien moral: no podemos sanar de las heridas históricas si no las reconocemos. La experiencia vivida por el Perú durante la guerra interna requiere de un cuidado especial de parte de adultos y niños. Este relato es tal vez el primer intento en la literatura infantil por mirar con misericordia y entendimiento el dolor de unas llagas que deben cicatrizar hasta el perdón. La protagonista, una niña llamada Sol que se ha quedado ciega a consecuencia de un ataque terrorista, debe, además, integrarse a un nuevo colegio y una nueva ciudad.
Lima, 1953-
Sociólogo, Literato.