La visión de presente trabajo, y como fruto de una investigación, es contar con un Registro de Propiedad Inmueble en el siglo XXI, constituido como un catalizador clave para las ciudades históricas sostenibles e integradoras, por medio de la publicidad erga omnes que sirva de vínculo entre la conservación del patrimonio cultural con el urbanismo contemporáneo, que se percibe como conflictiva, restrictiva y limitadora del ejercicio del derecho de propiedad. Todo ello en razón de que el paisaje urbano y natural histórico es propio de la representación comunitaria e interactiva en espacios urbanos fragmentados. Esta visión favorecerá una planificación urbana bien documentada que promueva el respeto a la identidad cultural, al paisaje cultural y el respeto al medio ambiente.