Chimoc y los amigos de la colina han empezado las clases, todos asisten muy contentos y siguen las indicaciones de la maestra que les enseña las formas, los colores y muchas cosas más. Sin embargo, Chimoc no puede atender a la maestra porque el Conejo Saltarín no deja de rascarse la colita y moverse en la silla, y porque al aprender los colores el Travieso Cuy le enseña los dientes amarillos y en el recreo la Cabrita Comilona le invitó la mitad de su sándwich y Chimoc vio lo sucias que tenía las manos, y lo peor es que ni siquiera pudieron jugar bien porque Clavito se rascaba y rascaba la cabeza.
Al día siguiente, Chimoc no volvíó a la escuela, los amigos lo extrañaron mucho y se preguntaron qué podría haber faltado. Chimoc se había enfermado y el doctor le dijo que era por falta de aseo. Cuando regresó a clases lo hizo lleno de regalos para sus amigos: jabones, cepillos y pasta dental para que todos estuvieran limpios y felices.