El antiguo y siempre actual tópico del amor inicial, del primer romance, en el universo andino pleno de animismo, donde todos los elementos naturales cantan, conversan, lloran, celebran, dicen, le sirve al extraordinario narrador Sócrates Zuzunaga para enhebrar una historia que derrama ternura: Jacintacha y Alunkucha, bordeando la adolescencia, tejen una relación transparente, tímida pero jubilosa, en esa primera revelación que hace retumbar el tierno pecho de las personas que despiertan al ansioso latido de la reciprocidad en el querer y desear.
Con sutil maestría en el control de la historia y pulsando hábilmente las cuerdas de la melodía dramática y trágica del suceso, Socracha no solo redibuja la radiografía del sentimiento que abriga el corazón al comenzar a sentir el cosquilleo del enamoramiento, sino desbroza la personalidad histórica, cultural de un pueblo y un país, y por ese rumbo, diseña desde la ficción la mágica luminosidad de nuestras mejores energías como depositarios de una cultura con un presente y un futuro insobornables.
Jorge Luis Roncal