«Ladrón de libros» es, a la vez, un paseo que empieza en París y termina en
Lima, una reflexión sobre el placer estético y la violencia urbana de la década de 1980, así como el testimonio de la pasión del fútbol y la decepción de los sueños televisivos. Jorge Cuba Luque varía su registro narrativo con fluidez y construye ironías, críticas sutiles y metáforas que muestran el oficio de un escritor que ha sabido conjugar su formación latina con el desarrollo académico alcanzado en Francia.