El hombre ha estudiado la ecología en el sentido de cómo se dan las
relaciones de los seres vivos entre sí y de ellos con los seres inertes desde que existe como especie. Su supervivencia ha dependido de la forma en que podía observar las variaciones en el ambiente y predecir las respuestas de los organismos a estas variaciones. La seguridad alimentaria de la humanidad depende de los sistemas ecológicos y de todas las formas de vida que se encuentran en ellas: plantas, animales y microorganismos diversos, interactuando con otros componentes de la naturaleza; todos ellos contribuyen a mantener los sistemas en que se sustenta la vida en la Tierra y a la vez hace sostenible los sistemas de producción. Hasta antes de la Revolución verde se veía a la naturaleza como un recurso el cual se podía manejar y explotar sin provocar un desequilibrio ecológico, sin agotarla ni llevarla al colapso, situación que ha cambiado en la actualidad por los casos ya conocidos de contaminación ambiental y de agotamiento de recursos.