Tal vez la poesía, desde siempre, haya sido la incontenible rebelión del ser que se convierte en esa forma insospechada de palabras que nos trastornan con su artificio, marcándonos la vida, talvez. Pero, la poesía moderna, además, se impuso la obligación de ser solo ella misma, sin responder ni a sus referentes ni a la realidad de la que emana. Son las palabras en libertad total que nos dicen que no quieren comunicar ni justificarse, como en los versos de Martín Adán: Poesía no dice nada: Poesía se está, callada, escuchando su propia voz. Esta poesía es la que, en apariencia, solo en apariencia, anula la razón y que, al mismo tiempo hinca, provocadora y sin compasión, las íntimas fibras de la condición humana, como en el insólito poemario de Edián Novoa que celebro, S/il/vana en tiempos de desamor.
JULIO ALEXIS LEON