La obra no trata de diferenciar unas metodologías de otras, tampoco de legitimar unas en desmedro de otras; muy por el contrario, considera que el mejor método para la elaboración del proyecto de investigación es el que más se adecua a la naturaleza del objeto de estudio seleccionado y al problema de investigación, y que la aceptación de la coexistencia de paradigmas metodológicos en las ciencias sociales conducen necesariamente a admitir la existencia copresencial de diferentes metodologías, cuyo apropiado empleo permitirá a los investigadores realizar búsquedas científicas válidas y confiables, aunque deban ser evaluadas por la comunidad científica con distintos criterios.