La crisis de la democracia peruana, casi 20 años después de haberse relanzado, está en relación directa con la crisis general del Estado y menos con los problemas de una sociedad que puede estar manifestando importantes grados de dispersión y heterogeneidad, pero que formula continuamente sus demandas sin encontrar los canales adecuados para obtener una solución. Entonces, nuestro pésimo escenario de partida para gestionar la pandemia no se reduce a la situación extrema en que se halla nuestro sistema de salud y la alta informalidad prevaleciente. Sobre ellas, reside una irresoluta crisis política que imposibilita la formulación de cualquier acuerdo, que facilite la puesta en acción de las decisiones tomadas.
Lo que tenemos en el corto plazo es un reto enorme. Como muestra, el impacto económico de la crisis sanitaria es múltiple: un bloqueo interno que provoca una caída inmediata de la actividad económica; una desaceleración de la demanda global que afecta en particular las exportaciones, las remesas, el turismo y la inversión externa directa; un colapso en los precios de los productos básicos; y un periodo de alta volatilidad financiera.
En ese sentido, el presente volumen del Perú Hoy busca reflexionar sobre estos complicados escenarios, caracterizados por la violenta e inesperada irrupción de la pandemia, buscando relacionar los escenarios previos, la gestión de la crisis y las posibles rutas de adecuación y salida a la actual situación.