¿Cuántas formas de expresar el deseo homoerótico existen y cuántas de censurarlo? En los cuentos de El inmenso desvío asistimos a ceremonias del amor que se pueden resolver de las maneras más inesperadas, incluso con la muerte.
Siempre hay un apetito transgresor que nace en los personajes: un hombre de cincuenta atemoriza a su joven enamorado con un deseo inesperado: hacerse prostituto; una escultura de San Sebastián puede despertar la pasión de su restaurador; el terror que causa un pistaco en el tierno rostro de una novicia puede disparar el goce sensual de la madre superiora que la cuida, entre otros.