Laramate, distrito ubicado en la provincia de Lucanas, en el departamento de Ayacucho, es un pueblo con incomparables encantos que, sin ninguna duda, pueden ser, y de hecho son, fuente de inspiración para artistas y poetas: su emblemática montaña, el Condurillo; el puente de piedra que atraviesa el río Grande; su pasado histórico que se remonta a los días de la Cultura Wari, una de las primeras en desarrollar el urbanismo. Y, muy especialmente, su gente, la cálida y hospitalaria gente de Laramate. Si usted aún no la ha visitado, puede -como un maravilloso anuncio de sus bondades, y casi como una buena nueva- acercarse a este pueblo, y comenzar a conocerlo, a través de la bella y memoriosa escritura de Luis Alberto Loayza Guillén que, en este libro, nos habla con mucha ternura sobre el pasado y el presente del pueblo que lo vio nacer. Loayza vivió en Laramate apenas diecisiete años (es decir, durante su niñez y adolescencia), pero -en la memoria del corazón, que no es infiel- conserva nítidos recuerdos, que, de verdad, nos contagian de buenos sentimientos. Léanlo, lo disfrutarán con creces.
Laramate (Ayacucho), 1950-