Diego Añamuro ha escrito Habitaré este cuerpo, y con ese motivo nos presenta un catálogo de obsesiones que ejercen en el lector una atracción que limita con lo lírico y humano, a fin de cuentas. En esta ópera prima el autor nos hace dudar y sentir heridas y desazones que nos conducen hacia la desolación, el desasosiego y la ternura, esos lugares inhóspitos donde los ojos se mojan y a veces se ahogan, pero nos consuela pensar que precisamente esas cosas son humanas y de este mundo.
—Darwin Bedoya