Cuando Um nació, los médicos se sorprendieron mucho porque no lloró no gritó como lo suelen hacer los demás niños, solo dijo “um”. Ese era el único sonido que hacía, entonces sus padres le pusieron de nombre Um, en honor de su sonido favorito. Ella creció como cualquier niña, solo que seguía diciendo “um”, claro, pero los decía más agudo, más grave, más largo, más corto…; con acento, sin acento…; sus padres la entendían a la perfección y es que son tantas las formas de hablar del corazón, pero cuando se hizo más grande y salía a jugar los niños del parque no la entendían y ella jugaba sola, hasta que un día…