Este libro tiene un doble mensaje. Para los mexicanos, la singularidad de su nación. Benito Juárez, liberal laico. Un Porfirio Días, que moderniza México durante 40 años. Y una Revolución mexicana netamente popular. Y ese Leviatán que fue el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y hoy tienen Estado, nación e identidad. Para el lector peruano lo mexicano será casi como un reproche, el envés de su retardo. Mi cuita es que ni Piérola ni Ramón Castilla consiguieron derrotar a las clases dominantes. Al civilismo le ha dedicado largas páginas. Y el aprismo de Víctor Raúl Haya de la Torre, que nunca llegó a gobernar. Se describo las ültimas décadas, de presidentes improvisados. Y de nuevo una cleptocracia en el poder. (Lo del guano fue el Odebrecht del siglo XIX). Lectura crítica. Y la esperanza está en la gran transformación que proviene de la reforma agraria, la inmigración interna y la cultura chola. Y la falta de intelectuales que vengan de abajo.