El dinero y la política se juntan en elecciones siguiendo un cronograma
acorde con la legislación vigente de cada país. Darlo es
un derecho y los partidos difícilmente pueden competir sin él.
El problema es que se canaliza formal e informalmente, a veces
delictivamente, siendo frecuentes las transgresiones en la manera
como se entrega y en los usos que le dan. Por lo mismo, es objeto
de debate: ¿Es la leche que alimenta la democracia?