La teoría del caos está orientada a comprender y gestionar maquinas vivientes no triviales, que son impredecibles, que originan un nuevo orden de vida y gestión; nos prepara para reaccionar de manera rápida, ágil, ante situaciones inesperadas, ante hechos disruptivos. Para ello, el trabajador debe optar por un pensamiento no parcelado, no reduccionista, no dividido; debiendo reconocer que todo es probable, que todo es posible, que no existe un solo futuro, que nada está acabado y completo, que la realidad no es absoluta, que cada persona manifiesta su realidad en función a sus percepciones, que el orden y el desorden coexisten, que todo sucede por algo, que el caos es necesario para pensar de manera diferente y que la crisis es una fuente inagotable de creatividad y oportunidad para hacer las cosas diferentes. Que el desorden se incrementa si la ilusión y el error nos gobiernan; que, a mayor nivel de entropía, se consume más energía ineficaz, creando un orden desorganizado y obstaculizando el logro del atractor.