Siete disparos certeros rompen la tranquilidad de la noche; también acaban con la vida de Juan y Janet. La prensa y los investigadores hablan de un crimen pasional. Acusan como autor a Ignacio Montenegro, oficial retirado del Ejército y esposo de Janet.
Aprovechando un descuido de sus custodios, Ignacio huye y se oculta en una recóndita chacra cafetalera. El día y la noche parecen interminables. Soporta las precarias condiciones esperando que algún día la justicia descubra la verdad y encuentre a los culpables.
Han pasado catorce años. Ignacio se hace viejo. Su madre está grave. Su hijo Raúl está empeñado en cumplir su promesa.
Los hechos narrados en esta novela no son reales, aunque podrían parecerlo; los personajes son ficticios, aunque la realidad cree un marco en el cual puedan existir.