Te he extrañado tanto que te he buscado en el crepúsculo con sus sombras y colores, adornándome tu ausencia que desmigaja cada día más mi frágil corazón. Te he extrañado y he recordado tu sonrisa cautivándome y en tu boca me he sentido como el árbol que cobija a las aves y su canto en cada amanecer, y en tu cuerpo me he sentido florecer con los manantiales de tus besos… Te he extrañado tanto, ¡pero tanto!, que daría lo que fuera por abrazarme a tu cintura en cada amanecer y despertar mis sueños contemplando el cielo de tu rostro y así dejar de ser solo una hoguera para ti y poder amarte con el volcán que por dentro me calcina y está dejándome cenizas… Te he extrañado tanto, porque te amo con la inmensidad del universo que solo entre tus brazos he podido conocer.