La mamá de Arturo le pide que la acompañe hasta un pequeño pueblo de la sierra piurana. Lo que pensaba que iba a ser un viaje aburrido, pronto se convirtió en una aventura sin igual, que empezó desde que abordó el bus y continuó durante toda su estadía, al lado de su inquieto primo Juanjo y de un mágico y maravilloso amigo: Camayu, el ceibo gigante.