Los artículos recogidos en este volumen tienen como hilo conductor
el tema de la solidaridad, o mejor dicho, el fundamento
teológico de la solidaridad. Queremos decir con esto que, para
un cristiano, la solidaridad es exigencia de la fe porque nuestro
Dios es un Dios solidario.
La primera parte recoge artículos inéditos sobre los evangelios.
El más extenso de ellos se refiere al “Dios con nosotros”, solidario
con nuestra historia, como nos lo presenta san Mateo en
los dos primeros capítulos de su evangelio. El segundo rescata
los rasgos humanos de Jesús presentados por el evangelista
san Marcos y estudia el título predilecto con el que Jesús se
identifica, el de Hijo del Hombre, solidario con la suerte y el
destino del hombre. El tercero estudia la conocida parábola del
hijo pródigo cuyo centro es la solidaridad familiar de todos los
hijos en torno al mismo Padre y a la misma fiesta.
En la segunda parte recogemos dos artículos, publicados
anteriormente, en torno a la fraternidad como exigencia de
la solidaridad. Se comentan dos textos claves del Antiguo
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MANUEL DÍAZ MATEOS
Testamento: “¿Dónde está tu hermano?” (Gn 4,9) y “Tu hermano
pobre” (Dt 15, 7). El prójimo es ante todo un hermano.
Y en la misma línea se sitúa el artículo de la tercera parte sobre
Jesús en la carta a los Hebreos. Se trata de la solidaridad de
Cristo que se hace hermano de los hombres para abrir el camino
hacia el Padre. Su solidaridad fraterna le consagra como
nuestro sacerdote. Y por eso, nuestra participación en su sacerdocio
conlleva una exigencia de solidaridad y de fraternidad
mediante las cuales damos culto a nuestro Padre.