Los orígenes de la grandeza de Roma son habitualmente poco conocidos, más allá de los círculos académicos. Disponemos del cuadro tradicional de un Eneas huyendo de Troya rumbo a Italia, Rómulo y Remo amamantados por una loba, Lucrecia siendo abusada por el hijo de un tirano y una Roma primitiva siendo conquistada por unos galos aún más primitivos. Siempre la leyenda por encima de la realidad, y la verdad es que no tendría por qué ser diferente, considerando el carácter cuasi legendario de las fuentes literarias tradicionales al referirse a los orígenes de la ciudad. Por ello, dilucidar el nacimiento de Roma representa un arduo trabajo de contraste de aquellos clásicos relatos con otro tipo de fuentes de tipo anticuario, a las que se suman las tradiciones orales y la arqueología. En suma, se trata de un proceso aún no concluido —y que quizás nunca concluya—, pero que este libro pretende sistematizar con un aporte propio del autor, no solo con la finalidad de dar a conocer en un sentido más profundo en integral en Latinoamérica aquella misteriosa y nebulosa época primigenia de la Ciudad Eterna, sino también para permitirnos en estos difíciles tiempos —como latinoamericanos que somos— comprender una realidad que, en buena parte, deriva de las instituciones y valores que tanto debemos al mundo clásico.