Este cuento refleja el itinerario y las características del trabajo de Carmen Pachas Piélago. Ahora su imaginación se despliega fuera de los cuentacuentos para llevar a muchas más personas hasta los tiempos de Kusi y Atoq, gracias a las virtudes del texto y de las ilustraciones de Juan Carlos Cárdenas Pariona y Valeria Tello Tarnawiecki; de este modo, sumergirnos entre los ichma. De manera pedagógica y firmemente sustentada en investigaciones arqueológicas, nos hace conocer a este antiguo pueblo y a su centro administrativo-ceremonial, emblemático en la actual Lima Centro: Mateo Salado.