Una gran historia con tramas asombrosamente complejas en su sencillez. Se nota un deseo por trabajar en la búsqueda de la identidad, a través y a pesar de sus mutaciones; las filigranas del destino; los amores tortuosos, a menudo teñidos por una oscura muralla que no permite la felicidad. Al fondo, también, una mirada humorística y a ratos esperanzada sobre la condición humana. Estos son algunos de los temas recurrentes en la narrativa de Achahuanco; el lector va a encontrarlos aquí en su forma más depurada y precisa, despojada de flecos ornamentos: la del relato, una poderosa muestra de talento fabulador.
—Darwin Bedoya