Cuando Hiram Bingham arribó a Machu Picchu, en 1911, descubrió que varias expediciones anteriores a la suya ya habían llegado a la ciudadela, saqueando sus tesoros. Tomó miles de fotografías, la publicación de estas le trajo fama y la posibilidad de retornar. Auspiciado por la Universidad de Yale y la National Geographic Society, regresó.
Estamos ante una novela cautivante, basada en hechos reales, en la que destaca la activa participación de los pobladores de Machu Picchu, quienes amparados en su ancestral mundo mágico tratan de evitar, hasta con sus vidas, la consumación del despojo.