Nuestra jornada está repleta de actividades. Sólo cuando nos detenemos para pensar, recién nos damos cuenta de cuántas cosas hacemos durante un día. Esas acciones, actitudes, relaciones, silencios y omisiones son los hilos con los que tejemos la obra grande y única de nuestra vida.
La historia de nuestra vida es como un bordado que trabajamos cada día. Tiene puntos claros y puntos oscuros, de luces y de sombras, con exuberancia de colores o con tonos imperceptibles: es la vida, con sus momentos de euforia, de fiesta, de dolor, al lado de tiempos de silencio, de oración, de paz y de lucha. Cada punto, cada lazo, cada nudo nos va realizando y va manifestando a los demás lo que somos.