Morisco de Breton dialoga con una tradición que tiene a la desdicha como eje puntual para capturarnos con la sensibilidad de una poética que bien pudo elegir quedarse en la descripción de la mujer amada, o en esa primera parte donde empieza la conexión que lo instiga a labrar su primera estrofa, o rasgarse en el desamor; este libro ha preferido enfrentarnos a la historia completa, el escritor eligió abrirse el pecho para mostrar su corazón y entregarlo a un lector para quien le será imposible mostrarse ajeno.
Harold Alva