A cierta hora el poeta sabe que su destino ha sido jugado por los dioses, en la gran taberna del universo. En ello no hay ápice de inocencia, aunque el verso prístino da la impresión que sí, precisamente allí radica el oficio donde convienen las noches y las albas. En Yoshiro Chávez Villegas, gana el manto de la noche; y la palabra es el vehículo para fundar de nuevo las eternas preguntas sobre la existencia humana, las que nos devuelven al habitante que hemos ignorado o extraviado. Ceremonia de la cicuta es el encuentro con el saludable vacío que nos retorna a la vida. La poesía metafísica peruana, de exponentes extraordinarios como Martín, Adán, Churata, Alberto Mostajo, o Juan Ojeda, cada cual, en su propio registro, se enriquece con la voz de Yoshiro Chávez Villegas.
Omar Aramayo
Invierno de 2021