Este libro nos anima a mirar la vida con esperanza y gratitud a Dios y a tantas personas que Él pone en nuestro diario caminar. En ocasiones vivimos tan llenos de activismo que dejamos de lado lo esencial; en este tiempo hemos aprendido a valorar la vida, la salud, el aire que respiramos, la familia, los amigos. También hemos redescubierto la solidaridad, la alegría de saber compartir lo que tenemos con los necesitados, de organizarnos para llevar consuelo a los que sufren y de darnos cuenta de que nuestra vida es frágil. Han sido muchos los que han muerto víctimas del COVID-19, entre ellos médicos, enfermeros, miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, que en cumplimiento de su deber estuvieron en la primera línea de acción para ayudar a sus hermanos.