"María Paz murió sola, aunque yo estuve sujetando su mano hasta el final, pronunciando el nombre de aquel hombre que nos destruyó, esa fue su mejor venganza. No entendí para que volvió conmigo después de marcharse por tanto tiempo. Volvimos a compartir cama y a tener sexo, pero es como si no lo tuviéramos, ya nada era lo mismo, Enano".
Este libro se terminó de escribir entre tants muerte dejada por la pandemia, los estragos del respirador mecánico, un mar de rones con Coca Cola y excelentes conversaciones por WhatsApp, que aliviaron tanto dolor.