La sedación consciente es definida por la Asociación dental americana como: “Una depresión mínima de la conciencia, que permite al paciente conservar la capacidad para mantener una vía respiratoria de forma continua e independiente y responder adecuadamente a los estímulos físicos y a las órdenes verbales, se obtiene por medios farmacológicos o no farmacológicos, o con una combinación de ellos” (1).
En Odontopediatría esta técnica es ampliamente utilizada en pacientes muy ansiosos y temerosos, poco colaboradores catalogados como parcialmente negativos o negativos, en tratamientos incómodos y de larga duración, pero que sean mayores de 03 años.
El medicamento más utilizado para estos procedimientos en el Midazolam, una benzodiacepina que pertenece al grupo de ansiolíticos y cuyo efecto sedativo dependerá de la dosis de administración y de la respuesta sistémica del paciente, este medicamento puede ser administrado por varias vías, las cuales tendrán sus indicaciones, contraindicaciones, ventajas y desventajas propias.
Otra técnica de sedación consciente que está cobrando fuerza es la del Óxido nitroso, el cual es considerado un gas no tóxico que se administra únicamente por la vía inhalatoria junto con el oxígeno.
Es necesario conocer la anatomía, fisiología respiratoria así como los protocolos para la atención de sedación consciente para evitar complicaciones como el shock anafiláctico, y como proceder para el control de la misma en caso se presentase.