Doce narradores de Bolivia, Venezuela, México y Perú fueron convocados a este experimento para mostrarnos la cruda realidad de las conexiones futuras entre los seres humanos a través de la tecnología. ¿Cuánto de lo que somos hoy podrá acoplarse a este futuro próximo? Los escritores no están aquí para plantear soluciones, de eso que se encarguen los científicos y conspiranoicos; los escritores nos dibujan escenarios y desarrollan problemáticas desde el aparato del imaginario que siempre es tan propenso a las profecías, y acertado en su mayoría de casos.