Contemplar a Jesús con la mirada de María: ésta es la experiencia interior de quien reza el rosario. Acompañado y guiado por Aquella que, como Madre, ama más que todos al Hijo, lo conoce más que todo otro ser humano, ha escuchado cada una de sus palabras guardándola en su corazón (cfr. Lc 2,19), el que reza contemplando los principales momentos de la vida de Nuestro Señor penetra en profundidad todo el mensaje del Evangelio, lo asimila, lo medita hasta “revestirse de Cristo” (cfr. Rm 13, 14).
A través del rezo del rosario, es como si María narrara quién es Jesús, su vida, sus palabras, sus gestos. Y así nos invita a conocerlo, a seguirlo, a amarlo, a conformarnos con Él, llegando a ser como es Ella: “Toda de Dios”, entregada totalmente a su voluntad.