En la actualidad las empresas se encuentran inmersas dentro de un proceso de globalización económica, por lo que, si quieren ganar una posición más competitiva en el mercado y por consiguiente aumentar su solidez financiera, deben gestionar sus recursos de forma más eficiente. Se sabe que las organizaciones representan la expresión de una realidad cultural, puesto que se encuentran en constante cambio, debido a contextos económicos, sociales y tecnológicos. Por ello, desde un punto de vista global se puede asegurar que aquellas instituciones empresariales que están comprometidas con el éxito están abiertas al aprendizaje permanente; esto hace referencia a que se debe crear las condiciones para mantener el aprendizaje continuo y construirlo como un activo fundamental de la organización.